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  • Diana Garcia Rivera

El Día de los muertos en America latina, el sincretismo de dos culturas

– Article traduit en français par Alice Ginet Duchenaud : Le Jour des Morts : Le syncrétisme de deux cultures

En América Latina, el día de los muertos o de las almas, el 1 o 2 de noviembre, es la ocasión para celebrar una fiesta plena de colores, motivos alegres, música y sabores. Es el momento de preparar los mejores manjares y halagar así a sus difuntos.



“La Unesco ha declarado esta particular fiesta mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”

Para las culturas prehispánicas, especialmente las de México, la muerte era mirada desde otra perspectiva : ella significaba la vida como prolongación de la muerte y viceversa. Los dos conceptos, vida y muerte pertenecían a un ciclo infinito como las fases de un proceso cósmico que se repetía eternamente.

La connotación de la muerte para estas culturas fue totalmente opuesta a la del cristianismo, significando la regeneración de las fuerzas creadoras del universo. Incluso, para los méxicas, en la muerte existía un sentimiento de esperanza, ya que ella ofrecía la posibilidad de renacer y trascender convertido en pájaro, luego de llegar hasta al sol y acompañarlo en cada amanecer.


La celebración de los rituales a los muertos en las culturas tolteca, maya, totoneca, méxica y purepecha se realizaba ya unos tres mil años antes del fín del siglo XV, cuando llegaron los españoles. Esta fiesta nada tenía que ver con las celebraciones europeas del Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos de la religión cristiana, que impuso connotaciones morales según las que las ideas del infierno y paraíso servían para castigar o premiar la conducta de vida.



El día de los muertos se conmemoraba al noveno mes del calendario solar méxicano, a inicios de agosto y durante un mes. Con el paso del tiempo se dio un sincretismo entre las celebraciones mesoaméricanas y las del cristianismo, haciendo coincidir las dos festívidades dando lugar al actual Día de Muertos.

Esa mezcla permitió a latinoamérica, organizar la ocasión de forma diferente del resto del mundo católico; sín embargo, todos aprovecharon para acercarse a sus difuntos celebrando la vida.


En México, la vida y la muerte, son dos símbolos intrísicamente unidos y muy emblemáticos en la conformación de su identidad como nación, expuestos en toda una serie de ritos, creencias y tradiciones.


En Guatemala, según una antigua creencia, antes del festejo se decoran las sepulturas para que sus muertos puedan salir del cementerio e ir a otros lugares. Por ello, confeccionan altares caseros con un vaso con agua para calmar la sed del difunto. Luego, se reunen entre familiares y amigos y comparten una gran comida en honor a sus difuntos, adornando sus casas con flores típicas de ese país, el ciprés y la flor del muerto, de color amarillo que florece en esa época.




En Nicaragua, la fecha se conmemora de noche en el cementerio al lado de las tumbas de sus familiares. En sudamérica, especialmente en Perú, Bolivia, sur de Colombia y norte de Argentina la costumbre es la de reunirse en los cementerios alrededor de una comida tradicional para ofrendar a sus seres queridos fallecídos.


En el resto de Colombia, en Costa Rica, Honduras y Venezuela la celebración se hace el 1 de noviembre. Se ora por sus difuntos en la iglesia demandándoles favores para sus famílias y se les lleva flores, palmas y coronas al cementerio.




En el Perú, los familiares hacen altares en sus casas pues creen que sus muertos vendrán a visitarlos. Estos son arreglados con objetos de los fallecídos y una cena especial, durante toda la noche, para que el difunto pueda tener tiempo de disfrutarlas.



En Ecuador, las comunidades originarias, aún hoy, celebran un antiguo rito, el del encuentro con sus difuntos con una comida sobre su tumba, pues creen que el muerto vuelve cada año y se le preparan sus platos favoritos. La chicha morada, bebida a base de maíz y frutas junto con las llamadas Guaguas o wawas de pan (grandes panes de trigo o maíz, moldeados y adornados con forma de niño y rellenas de dulce) son los alimentos preparados e intercambiados entre familiares y amigos del muerto. Luego, el difunto es invitado a jugar el Piruruy ( juego de dados), para conocer sus necesidades y reproches.


Pese a que no tiene las mismas raíces prehispánicas que la festividad méxicana, el Día de Muertos es también festejado en Brasil, con el nombre del Dia dos Finados.

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